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La dramatización en los programas de literatura infantil
El artículo "La dramatización en
los programas de literatura infantil" del autor Juan Cervera Borrás,
expone, en primer lugar, el estudio de la asignatura de literatura infantil en
las universidades y la inclusión de la dramatización en estos programas de
estudio. A la hora de la enseñanza en la etapa de educación primaria, la
dramatización no puede ser estudiada por el niño como uno de los géneros
literarios tradicionales, sino que debe ser una actividad que permita al sujeto
establecer contacto con la literatura. El
autor hace mención a cuatro hechos principales que intentan centrar la
dramatización en la programación escolar: la desaparición del área de expresión
dinámica, la nueva definición de literatura infantil, la preferencia por la
aproximación lúdica frente a la intelectual y el auge de la animación a la
lectura. Con esto, aparece una nueva visión de la literatura infantil.
En segundo lugar, Cervera hace
referencia a la identidad de la dramatización que, según él, depende de dos
factores: la creatividad y la expresión. La primera, es una de las
características de la dramatización, porque ya no es la narración lo que la
define sino la acción, y la segunda, también es visible en la actividad
dramática, pues el gesto acompaña siempre a la palabra. Además, el autor
incluye una reflexión sobre la interrelación de ambos factores, aludiendo que
la dramatización en grupo, donde se pone de manifiesto la autonomía y la
coordinación de los distintos tipos de expresión, plantea razones para la
creación. Por lo que, la creatividad y la expresión no se trabajan por
separado, sino que se potencian mutuamente.
En tercer y último lugar, el autor del
presente artículo, se centra en la enseñanza y el tratamiento de la
dramatización en el aula. Después de lo expuesto, se concluye que en cuanto a
proyectos educativos, es necesario tener en cuenta que la dramatización
presenta una capacidad educativa autónoma, es decir, se trata de un objetivo
educativo, y que actúa en un marco pedagógico propio. Ésta se encuentra relacionada
con la dinámica de grupo, por lo que cada miembro aporta sus ideas y todos
actúan en las mismas proporciones. No obstante, el docente tenga debe tener en
cuenta la formación integral del estudiante alternando actividades individuales
y por equipos. Finalmente, se señala como diferencia entre la dramatización y
el teatro, la transición de la libre expresión a una interpretación guiada.
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